Hola, Marcos, gracias por compartir antes de nada, y siento que tu libro lo metan en esa terrible autoayuda, pues yo lo tengo y no es así ;).
Obviamente el esfuerzo personal cuenta, si no tiras el dado y si no te esfuerzas por tirarlo mejor o por tirarlo más veces, no tienes nada. Azar y esfuerzo juegan la partida y yo también pensaba en su día que la suerte no existía, luck is for losers y todo eso. Luego me hice mayor, uno de los signos es que pierdes esa sensación de invulnerabilidad e inmortalidad.
Lo que ocurre cuando miras con frialdad es que sobrevaloramos sistemáticamente el efecto de lo que podemos controlar en situaciones positivas. Las frases de, «si te esfuerzas puedes ser lo que quieras» son bienintencionadas, pero ya se sabe que de eso está asfaltado el infierno. Muchísimos se esfuerzan y es obvio que pocos, muy pocos, llegan. Igualmente muchos lo hacen todo bien y la cosa sale mal, como decía Jean Luc Picard: «eso no es que seas un fracaso, es la vida».
Si yo soy un gilipollas y me comporto como tal, recogeré claramente los frutos de eso que he sembrado, totalmente de acuerdo. Pero hay gente buena a la que le ocurren cosas malas, es algo constante. He visto a gente honesta, que se ha esforzado más que nadie, y que ha tenido que cerrar su empresa, verse arruinado, deprimido o enfermo. ¿Es porque no se esforzó suficiente o no hizo lo que pudo? Para nada, es porque en esta partida juegan también elementos muy poderosos fuera de nuestro control, llámese azar, suerte o lo que sea, y cuyo poder palidece frente a lo que podamos hacer.
Ese azar comienza jugando el día en que naces. Si te esfuerzas llegas a lo que quieres con cierta probabilidad, pero siempre que nazcas en un país del primer mundo donde hay cierta libertad, no perteneces a una minoría, no hay desastres naturales de modo habitual y no hayas comenzado en un contexto de pobreza. Porque si sucede algo de lo anterior estás jugando el juego de la vida en modo «Experto».
Y en esos contextos de primer mundo Richard Branson te vende un libro y la gente cree que leyéndolo y siguiendo los tres o cuatro preceptos que siempre son los mismos (sigue tu intuición, arriesga, persigue los sueños y terrones de azúcar similares), cree que será el nuevo Branson. Y años después de sus libros sólo sigue habiendo uno. En esos mismos contextos de primer mundo y sólo ahí, donde el sesgo del superviviente ha tomado todo por asalto, basuras como el libro de El secreto y derivados pueden ser best-sellers incluso cuando un mínimo examen lógico revelan que son tonterías sin sentido y a lo peor, muy dañinas.
El esfuerzo cuenta y hay que empujar lo que puedas y luego un poco más, y sin embargo, teniendo conciencia de que como a la vida se le ocurra soplar en contra, no habrá nada que podamos hacer.
Un placer verte por aquí para el debate.